CASMU ratifica su compromiso con la medicina humanizada.

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En el área pediátrica de la mutualista se realizan terapias asistidas con perros y payasos. 

Cada vez se publican más estudios científicos que avalan la gran conexión que hay entre la felicidad y la salud de las personas. Neurotransmisores como las endorfinas, la serotonina, la dopamina y la oxitocina, conocidas como las “hormonas de la felicidad”, al activarse producen emociones como alegría, buen humor y tranquilidad.
Estos estados de ánimo pueden tener múltiples impactos positivos en el organismo humano, desde disminuir los niveles de ansiedad, estrés y depresión, hasta tener una presión arterial más baja, un sistema inmunológico más fuerte, menor riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares e inclusive una vida más larga.

Enfocada en la recuperación integral de sus pacientes y con el fin de que sus internaciones hospitalarias sean más amenas, CASMU desarrolla terapias lúdicas para activar estos neurotransmisores.
Una de ellas es la terapia con perros, a cargo de la ONG Intervenciones Asistidas por Perros del Uruguay (IAPUy). Esta asociación civil se encarga de entrenar a estos animales para interactuar de forma saludable y segura con pacientes enfermos o con alguna discapacidad, buscando que, a través del contacto y del vínculo que se genera entre ellos, se alcancen los objetivos terapéuticos planteados.
La terapia con perros está a cargo de la ONG Intervenciones Asistidas por Perros del Uruguay.
Para llevar adelante esta tarea, además de estar entrenados, los animales cuentan con las condiciones de salud y de higiene necesarias, así como con los controles veterinarios y las vacunas correspondientes.

Una vez a la semana, los perros visitan el área pediátrica de CASMU acompañados por su guía, un técnico formado para facilitar y potenciar la experiencia. Durante una hora, los niños y adolescentes pueden jugar, alimentarlos, acariciarlos e interactuar con ellos.

Realizada en varios países del mundo, esta terapia utiliza la interacción afectiva y emocional que existe entre los perros y los humanos. “Desde el primer momento en que los perros ingresan a la sala ya se puede apreciar la felicidad y la sensación de alegría de los niños. Es muy gratificante ver las sonrisas en sus rostros”, expresó la pediatra y neonatóloga, Marianela Arévalo, coordinadora del CTI Pediátrico.

La mutualista comenzó a aplicar esta técnica en 2021, cuando Uruguay todavía transitaba la pandemia de COVID-19, siendo el primer centro de salud del país en implementarla. “Creímos que era el momento oportuno para hacerlo por el gran impacto emocional que se vivió en ese tiempo. Era importante empezar a tratar y preocuparnos por las emociones, para que estas pudieran colaborar con la recuperación de los niños que estaban enfermos”, recordó Arévalo.

Si bien actualmente esta terapia se aplica solo en el área pediátrica, la intención es que también esté disponible para los adultos. Para esto es necesario aumentar el número de perros con el fin de que no terminen cansados al finalizar los encuentros. “En IAPUy y en todo el equipo de CASMU nos ocupamos del bienestar animal, de su buen trato y de cuidar su salud. El mensaje que queremos transmitir es que no se trata de utilizarlos, sino de integrarlos a los tratamientos médicos”, explicó la pediatra.

El otro paso que la institución evalúa dar es que las personas que están atravesando una internación prolongada puedan recibir la visita de sus propias mascotas. “El vínculo que tenemos con nuestras mascotas también se extraña cuando no estamos con ellas. Por lo tanto, mantener el contacto puede ayudar en la recuperación del paciente”, agregó.

Además de recibir a los perros, la sala de pediatría de CASMU se ve inyectada por la alegría que traen los artistas, arte terapeutas y payasos de la fundación SaludArte. Esta organización, dedicada a promover la salud a través del arte y el humor, acompaña a la mutualista desde hace más de diez años.

En sus visitas, el equipo de esta ONG desarrolla actividades e intervenciones artísticas, creando un ambiente lúdico, creativo y de fantasía para los niños, que consigue desconectarlos del momento que están atravesando.

Beneficios de una medicina humanizada.
Estas terapias tienen grandes beneficios en los tratamientos médicos de los pacientes, ya que su estado de ánimo cambia positivamente, lo que motiva a los niños a seguir las indicaciones del médico, a tener más predisposición para cumplir con los tratamientos o procedimientos más invasivos y a tomar los medicamentos.
Arévalo explicó que “la parte emocional es muy importante. Hace que el niño cambie su actitud, lo ayuda a sentirse más a gusto con el entorno hospitalario, porque se siente integrado y en un ambiente más relajado, como si estuviera en su propia casa”.

Una vez a la semana, los perros visitan el área pediátrica de CASMU acompañados por su guía.
Según la doctora, se genera un clima de distensión, motivación y afecto que contagia a los padres y al equipo médico, quienes también participan de las intervenciones.

Todas estas acciones forman parte del camino que CASMU viene transitando para desarrollar una medicina humanizada. “La humanización de la medicina la tenemos que bajar a tierra. Una forma pragmática es desarrollar acciones como estas, que disminuyen el malestar del paciente en una internación o por cualquier enfermedad. En ese sentido, me parece muy importante la dirección que ha tomado CASMU, siempre apostando a innovar, avanzar y mejorar”, concluyó Arévalo.

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