El maestro Soca decía:
«Un médico es un edificio cuya construcción nunca concluye».
¡Qué decir, entonces, de la construcción de la gran empresa de producción sanitaria de los médicos! El Sindicato Médico se funda en 1920 al impulso del inclaudicable Augusto Turenne.
Sus primeras luchas: contra el extendido e increíblemente popular curanderismo y chatlatanerismo. Más tarde, contra el clientelismo político en los cargos públicos y privados. Simeto era la brava pluma desde «acción Sindical». Y finalmente, la gran etapa de lucha contra los abusos de los médicos en el mutualismo, representado en el emblemático conflicto con la «Asociación Fraternidad». Y así nace el CASMU el 1º de Julio de 1935, el Centro de Asistencia de los propios médicos. De esas luchas, de esos ideales de justicia par todos los médicos.
La «Cooperativa de producción sanitaria» que un dñía iba a ser la Institución de Asistencia colectivizada más grande del Uruguay. El ideal del CASMU nace entonces en ese Uruguay. La idea se esboza primero en un Café entre médicos y estudiantes. Luego un acta la plasma el 16 de marzo de 1931. Así, pura, hasta con un dejo de fresca inocencia. Con un sentido profundamente libertario de la profesión médica. Al amparo del corazón y el empuje del inolvidable Carlos María Fosalba. No había tiempo que perder.
Aquellos hombres no eran diletantes o acomodaticos, eran hombres de ideas y de acción. Lo primero que se hizo fue inaugurar el Servicio de urgencia del SMU el 15 de Agosto de 1934. Así en un improvisado garaje surge el primer concurso. «Si necesita Médico, sírvase llamar al 8.20.90» rezaba el primer cartelito promocional.
Todo en años difíciles, de firme Dictadura que el SMU enfrentó radicalmente. En poco tiempo el CASMU era la institución médica privada más grande del país. Y lo es hasta ahora. El secreto de nuestro triunfo fue la concurrencia de nuestros principios morales y nuestras capacidades técnico asistenciales, se dijo con acierto. Y luego… acá está el CASMU. Luego de noches y tormentas. Vivo y de pie. Ahora fideicomisos, capitalizaciones, reestructuras de deuda…
Sí, quizás no estamos al tanto todos los detalles de los cambios realizados. Sí, quizás nos parece casi incomprensible, todo. Pero si sabemos que queremos que nuestra institución funcione. Y funcione bien, como sabe hacerlo, como tiene todo para hacerlo. Con la mejor gente en los puestos claves al servicio del CASMU, no sirviéndose del CASMU. Hoy ya no es el SMU quien dirige los destinos del CASMU.
Pero como un hijo que un día comienza a caminar solo, el CASMU es y representará siempre la idea y los sueños de los grandes médicos del país, lo mejor de nuestra grande escuela médica nacional. No hay organización sanitaria en el Uruguay que pueda decir lo mismo. Lo decimos no con vanidad sino con el legítimo orgullo. Porque somos la memoria, porque somos destino.
Somos el CASMU.