Esta hermosa pieza fue creada por Charles F. Hindle, a principios de los años 30 del siglo pasado. Hindle era un ingeniero mecánico que trabajaba para el Colegio de Médicos y Cirujanos de Nueva York, y siguiendo los estudios de Heinrich Muller, Rudolph von Kölliker y, sobre todo, Willem Einthoven, construyó los primeros electrocardiógrafos de uso hospitalario.
Su fama fue tal, que constituyó su propia empresa desde 1914 a 1921, diseñando hasta 3 modelos diferentes. En 1922 se fusionó con la compañía Cambridge, para el diseño y fabricación de utensilios científicos.
La pieza que mostramos es una de las diseñadas una vez fusionadas ambas empresas y tiene como novedades, con respecto al primer electrocardiógrafo creado por Hindle en el año 1915, la sustitución de lámparas por filamentos incandescentes, la construcción de una cámara compacta y la utilización de los primeros electrodos de contacto.
Diseñado en forma de carro portátil con ruedas. El cuerpo inferior alberga un armario de madera en cuyo interior se guardan las baterías y los generadores de energía, un motor rotor y dispone de un cajón en el lado izquierdo que contiene varios cables para los electrodos, algunas ventosas, el micrófono para el estetógrafo, un recambio para el motor rotor, una cajita de madera con dos etiquetas de papel y una placa metálica con el nombre del constructor. En esas etiquetas, advierte de ser material frágil y del cuidado en su manejo.
Desde que en 1791 descubriera Luigi Galvani que la estimulación eléctrica de la rana producía contracción en el músculo cardíaco, fueron numerosos los avances y experimentos a través de corrientes eléctricas para comprobar dicha contracción. En 1887, Augustus Desiré Waller publicó los registros del primer electrocardiograma humano. Pero fueron superados poco después, en 1903, por Willem Einthoven, quien descubrió el galvanómetro de cuerda, que superaba en todos los sentidos al galvanómetro capilar que había utilizado A.E. Waller. Con él consiguió una placa fotográfica, registros de muy buena calidad. Los estudios de Einthoven fueron numerosos y profundos, describiendo las características gráficas de cuanto observó. A él se deben las asignaciones de las letras P, Q, R, S y T en los diferentes cambios que se producían en la imagen gráfica del electrocardiograma.
En 1911, la compañía Londinense Cambridge Scientific Instruments fabricó el electrocardiógrafo de Einthoven, quien por su parte siguió trabajando en la mejora del aparato.
Tras la Primera Guerra Mundial, el electrocardiógrafo se fue introduciendo en los hospitales y pronto se consideró un instrumento imprescindible para el mejor conocimiento de las enfermedades cardíacas.
Fueron muchas mejoras las que se produjeron, entre otras destaca la de Norman J. Holter, que permitía mediante un aparato integrado en una mochila –que pesaba 37 kilos, transmitir y registrar la señal electrocardiográfica de quien la llevaba.
En España, los primeros estudios electrocardiográficos comenzaron en 1908 en la cátedra de Fisiología de la Universidad de Barcelona y fueron realizados por Augusto Pi Suñer y Jesús María Bellido i Golferichs.