La institución médica pone a disposición de sus usuarios un innovador procedimiento que permite minimizar las secuelas de esta enfermedad, que provoca la muerte de 600 personas cada año en Uruguay.
El penúltimo mes del año es llamado “Noviembre Azul” a nivel nacional e internacional con el propósito de generar conciencia sobre la importancia de promover los controles de salud en la población masculina para prevenir y diagnosticar oportunamente distintos tipos de enfermedades. Uno de ellos es el cáncer de próstata, diagnosticado en 1.500 casos y responsable del fallecimiento de 600 personas en Uruguay cada año.
Este tipo de cáncer, considerado el más frecuente en el hombre por encima de los 50 años con la excepción de los tumores cutáneos, es consecuencia de diversos factores hormonales, genéticos, ambientales y alimentarios.
El Dr. Hugo Badía, jefe del Departamento de Urología de CASMU, mencionó que la testosterona no induce el cáncer de próstata, pero estimula su crecimiento. “De ahí se desprende que las terapias hormonales están dirigidas a detener la producción de esta hormona, a impedir su acción sobre las células tumorales o ambas”, agregó.
Una de las principales problemáticas que existen en torno a esta enfermedad está relacionada con las dificultades para diagnosticarla de forma temprana, ya que los síntomas suelen manifestarse en un estado avanzado.
En ciertos casos aparecen problemas urinarios inespecíficos, como dificultad para orinar, incontinencia, retención de orina, sangrado o una falla renal crónica.
Es por esa razón que los urólogos insisten en la conveniencia de que los hombres visiten a su médico para efectuarse chequeos periódicos cuando comienza a aumentar la prevalencia de este cáncer, que tiene una mayor incidencia, en promedio, a los 70 años.
La doctora Laura Mouro, subjefa del Departamento de Urología de CASMU, explicó que “los tumores más diferenciados, aquellos que tienen células tumorales de aspecto similar a las sanas en general, responden mejor a los tratamientos, incluso en los casos de metástasis, con una sobrevida de 10 o 15 años”.
Innovación para minimizar secuelas
El diagnóstico de este cáncer se basa en la información obtenida del interrogatorio, examen digital de la próstata (tacto rectal) y datos de laboratorio, dentro de los cuales se destaca la dosificación del Antígeno Prostático Específico (PSA por sus siglas en inglés). Si bien estos datos no determinan la existencia de la enfermedad, son los elementos empleados en la indicación de una biopsia, que definirá la existencia o no de cáncer.
En este marco, CASMU dispone de varias herramientas útiles para reconocer rápidamente la dolencia y llevar adelante un tratamiento que logre minimizar las secuelas que suele dejar.
La institución dispondrá en los próximos meses de la Biopsia por Fusión, una tecnología de vanguardia que permite el estudio preciso de una lesión sospechosa de cáncer identificada en la Resonancia Multiparamétrica, aumentando significativamente la posibilidad de diagnosticar un tumor, que de otra manera pasaría inadvertido.
Asimismo, la institución continúa un paso adelante al incorporar la cirugía laparoscópica en 3D con el objetivo de ofrecer a los cirujanos una visión de la zona más cercana a la que se encontraría en la cirugía abierta, debido a que muestra un campo de visión amplio imágenes en alta calidad. Esto genera una reducción del tiempo de operación, así como un incremento en la seguridad de los pacientes y en la comodidad de los cirujanos.
De este modo, en tumores localizados a la próstata se abre un gran abanico de posibilidades terapéuticas que van desde la vigilancia activa (en casos poco agresivos se vigila la evolución mediante exámenes y se cambia a otro plan terapéutico si es necesario); Braquiterapia (técnica de radioterapia local en la que se aplican «semillas radioactivas» dentro de la glándula para eliminar el tumor); Radioterapia Externa y Prostatectomía Radical, que puede ser robótica, laparoscópica o convencional.
A esta variedad de probabilidades se le agrega la terapia focal, definida por Badía como “una técnica actual y moderna que facilita el tratamiento solo del sector de la próstata donde se encuentra el tumor, disminuyendo entonces las posibles consecuencias o eventos adversos secundarios a otros tratamientos”.
CASMU prevé contar con este tipo de tratamiento y ponerlo a disposición, tanto para usuarios de la institución como para todos aquellos que lo requieran, a partir del próximo año.
“Todavía no conocemos totalmente la historia natural de la enfermedad, ni podemos impedir su aparición, pero sabemos que cuanto más precoz sea el diagnóstico, las probabilidades de curabilidad son mayores. De ahí la importancia del control periódico con el urólogo a los hombres a partir de los 50 años en la población general y de los 45 años en aquellos con antecedentes familiares de cáncer de próstata o pacientes afroamericanos. En estos últimos, por factores que se desconocen, los tumores de próstata pueden aparecer en etapas más tempranas y tener mayor agresividad”, detalló el profesional.